nâo é por acaso Luis

nâo é por acaso Luis: (www.astormentas.com)
Poema ao acaso


domingo, 19 de setembro de 2010

Domingo, fútbol de guardar, invitado


Anoeta no creía en milagros
Lo que Begoña no da, la Paloma no presta.
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bemsalgado
19-09-2010 09:45
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Tres pasos atrás,
dos medios pasos a izquierda,
piernas en compás, abierto 52 grados,
carrera, golpeo tres dedos, impacto,

el cómplice en la barrera pone el trasero,
como blanco del disparo,
la bola hace diana,
"parábola de los talentos",
portero asombrado ¡! ...

Y bola besa la red.

Sencillamente genial.
Genialmente cristiana.

Cristiano rescata al Madrid (Marca)
de un pozo de petróleo (Público)
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http://www.publico.es/deportes/337404/cristiano/saca/petroleo





Serie: el fútbol se cuela hasta en el cuarto de invitados.
Subserie: Prensa deportiva de la Villa y Corte de los Milagros.
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Parábola de los talentos
Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco.

Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos.

En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.

Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses.

Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos.

Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.
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