nâo é por acaso Luis

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Poema ao acaso


quarta-feira, 16 de fevereiro de 2011

para leer


Vicenç Navarro

Rodrigo Rato y el Fondo Monetario Internacional
29 mayo 2009

Es sorprendente que no exista un debate en la prensa económica española, o
en la prensa en general, sobre las aportaciones que los gobiernos del G-20
(incluyendo España) están haciendo al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Parece existir una idea bastante generalizada, en tales medios, de que la ayuda
de estos gobiernos al FMI es, en realidad, una ayuda (expresada como
préstamo) a los países en crisis financiera para que puedan poner su casa en
orden. De ahí que se vea casi como una ayuda humanitaria a los países, en su
mayoría subdesarrollados, que están teniendo dificultades.


Esta visión, sin embargo, es errónea. El FMI ha sido una de las instituciones
–como el Banco Mundial- que ha promovido con mayor intensidad y dureza
el credo neoliberal, que ha sido tan desastroso para la economía mundial y
para los países subdesarrollados. Y una de las peores épocas fue
precisamente la época en la que el FMI estuvo dirigido por Rodrigo Rato. Su
docilidad hacia las políticas instruidas por la administración Bush tuvo como
consecuencia un reforzamiento de las políticas liberales, que causaron gran
perjuicio a los países subdesarrollados. Es bien conocido que el director
general del FMI, siempre un europeo, sigue las directrices del gobierno
federal de EEUU. Pero esta situación alcanzó niveles de cumplimiento nunca
vistos antes, un hecho ampliamente conocido en el mundo político e
intelectual de Washington. Rodrigo Rato tuvo también la reputación, en
estos círculos, de ser una persona más atenta a la política española que al
mundo de las finanzas internacionales. Varios economistas especializados
en temas de finanzas internacionales, como Mark Weisbrot, del Center for
Economic and Policy Research de Washington, consideran que la etapa del
FMI bajo la dirección de Rodrigo Rato, fue la etapa en la que tal institución
fue más neoliberal. El FMI exigió, entonces, unas condiciones leoninas a los
países que pedían préstamos, forzándoles a reducir su gasto público, a
eliminar su déficit del estado, a desregular la banca y los mercados de
trabajo. Con estas políticas contribuyó a empeorar la situación de muchos
países subdesarrollados.


La llegada de un nuevo director -Domenique Strauss-Kahn- pareció que
marcaría un cambio. Es más, la crisis había cuestionado los criterios que el
FMI promovía en el mundo. En realidad, bajo Rodrigo Rato, el FMI había
llegado a un nivel de desprestigio nunca alcanzado antes. Voces, no sólo en
el mundo subdesarrollado, sino incluso en Washington, llegaron incluso a
pedir que desapareciera el FMI. De ahí que la llegada del nuevo director
significara una nueva esperanza, que traería cambios. Y los ha habido, pero
hasta cierto punto. El FMI promueve, ahora, políticas keynesianas de
estímulo económico para los países desarrollados (un cambio en las políticas
neoliberales anteriores), pero en cambio continúa con las políticas de
austeridad de gasto público en los países subdesarrollados, a los que no se
permite desarrollar su gran potencial como consecuencia de las políticas de
aquella institución. En sus préstamos, el FMI continúa exigiendo a tales
países una austeridad de gasto público que está dificultando tanto su
desarrollo como su salida de la crisis.


De ahí que haya habido una revuelta del sector progresista del Partido
Demócrata protestando por el hecho de que el Congreso aceptara asignar
108.000 millones de dólares al FMI. Tal como ha señalado el citado Mark
Weisbrot, “es un enorme error proveer fondos al FMI sin que haya una
reforma profunda de tal institución, cambiando el criterio neoliberal seguido
durante todos estos años”. Y 33 miembros del Congreso de EEUU han
enviado una carta al Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Congreso pidiendo tal cambio en el criterio y en el comportamiento del FMI,
así como en la falta de transparencia del FMI. Es sorprendente que este
tema no se haya discutido en las Cortes Españolas, puesto que el gobierno
español es también uno de los donantes al FMI.


Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu
Fabra, y Profesor de Estudios Políticos y Políticas Públicas de la the Johns
Hopkins University

(www.vnavarro.org)

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