nâo é por acaso Luis

nâo é por acaso Luis: (www.astormentas.com)
Poema ao acaso


sexta-feira, 30 de setembro de 2011

Javier Ortiz, xa sei que non nos podes falar

pero dinos qué pensas do que está a pasar?



2008/03/21 09:20:00 GMT+1

Las cimas de China

En el Tíbet hay un problema. Bueno, supongo que hay muchos, como en todas partes, pero hay uno del que se habla más. Desde hace decenios.

En China –en todas las Chinas que yo recuerde, desde la del generalísimo Chiang Kaisheck hasta la de ahora, pasando por la de Mao Zedong–, las nacionalidades minoritarias, sobre todo las menos asimilables (las más distintas), lo han tenido siempre muy crudo. Las autoridades de Beijing, conscientes de gobernar algo que se parece mucho más a un continente que a una nación, se han mostrado implacables desde tiempo ha no sólo con los separatismos, sino incluso con los autonomismos menos folclóricos. No digamos con el autonomismo-separatismo tibetano que, curiosamente, se reafirma lanzando consignas en inglés (vean las pinturas y pancartas de los manifestantes: “Free Tibet!”, rezan), para mejor mostrar su hostilidad hacia el imperialismo… chino.

Que los tibetanos y tibetanas protesten contra la ocupación china me parece que está en el orden más natural de las cosas que imaginarse quepa. Que Occidente preste atención a su revuelta, y que ésta se produzca precisamente ahora, en vísperas de los Juegos Olímpicos, me temo que son circunstancias mucho menos naturales.

Siento una aversión profunda hacia el régimen de Beijing, al que me cuesta encontrar algún aspecto positivo. Su Guiness en materia de ejecuciones públicas, tomadas como regocijante espectáculo de masas, me da ganas de vomitar. Es un asco.

Pero tampoco me chupo el dedo. Constato que las grandes potencias occidentales miran con una mezcla de codicia y de creciente pánico la potencia incontenible con que emerge el voraz capitalismo de partido único de la República Popular.

El eco que los grandes medios de comunicación occidentales están dando a las protestas tibetanas es un modo de decir a los gerifaltes chinos que también tienen sus puntos débiles, eventualmente explotables.

Por supuesto que lo que sucede en el Tíbet es injusto. Pero los poderosos sólo resaltan las injusticias que les interesan.

Injusticias hay a miles, por todo el mundo. Sólo se comentan las que convienen a quienes deciden qué es lo que hay que comentar.
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(Aparecido en Público el 21 de marzo de 2008)
Remitente: ortiz.2008/03/21 09:20:00 GMT+1





Lo de "tibetanos y tibetanas" me ha llegado al alma... ja ja ja... como lo de "vascos y vascas" de Ibarreche, la voz de su amo.

Remitente: Aureliano Goodday.2008/03/21 10:42:46.103 GMT+1
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Es un problema estructural del castellano y las demás lenguas romances. El latín vulgar, al absorber el neutro en el masculino, utiliza plurales comunes en masculino, lo que provoca que el género femenino sea una especie de excepción y hace que el lenguaje tenga una cierta tendencia sexista. Hay dos formas de evitar esto, que no es ninguna tontería aunque mucha gente se ríe de muchas cosas que le crean problemas -ya se sabe, ojos que no ven...-, una es especificar claramente los géneros, siendo así que es perfectamente correcto y hasta recomendable utilizar expresiones que abarquen a ambos géneros. No perdamos de vista que hablamos de lenguajes formales y no informales. La otra es nivelar los usos de masculino y femenino de forma que se amortigüe la carga sexista. Por ejemplo, en vez de decir "los tibetanos", cuando se hable de colectividades usar siempre el femenino, "las [personas] tibetanas", "las vacas", "las españolas", o emplear términos abstractos: "la ciudadanía tibetana", "la nación tibetana", etc. Lo cierto es que decir "los tibetanos" a palo seco, es ambiguo, porque tanto significa la totalidad como sólo los varones. Huelga decir que a esta evolución del latín vulgar no fue ajena el hecho de que las mujeres estaban en un plano inferior en la sociedad que empleaba esa lengua.

Remitente: Ego.2008/03/21 11:14:24.564 GMT+1
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xDDD debido a mi deplorable teclado, en vez de "las vascas" ha salido "las vacas"... por cierto, bien salido está, porque cuando se habla de esa cabaña ganadera, no queda otra que decir "los toros y las vacas"...

Remitente: Ego.2008/03/21 11:17:07.782 GMT+1
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EGO, que te vengan a los dedos las vacas cuando estan pensando en las vascas, no lo vayas diciendo por ahí. El EGO ya veo de donde te viene, y yo sólo quería usar cualquier disculpa para mandarte un SaludA, siguiendo tus sugerencias, y para agradecer que me des de leer a menudo.

Remitente: anim.2008/03/21 14:39:54.838 GMT+1--


Sólo señalar mi protesta por el uso machista del lenguaje que hace Javier Ortiz cuando usa un "los gerifaltes chinos", en lugar de dejar claro con un lolaylo (como "los gerifaltes chinos y las gerifaltes chinas") que también las mujeres tienen derecho a ser gerifaltes (por poner ejemplos bien conocidos por todas y todos: Song Qingling, Cai Chang, Deng Yingchao, Shi Lang o Wu Yi)

Remitente: Maurho.2008/03/21 12:30:46.609 GMT+1
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Respuesta a ego:

Es un problema estructural de todas las lenguas, romances o no; reflejan relaciones de poder, las relaciones de poder bajo las cuales se han desarrollado. No tengo claro que, el hecho de que el idioma castellano utilice plurales comunes en màsculino, tenga su origen en que las mujeres, historicamente, hayan venido ocupando un plano jeràrquico inferior. Pero aùn cuando asì haya sido, no veo claro que una expresiòn forzada, contraria al instinto natural del hablante, sea alternativa adecuada. No se puede asumir el planteamiento de "hàgase justicia aunque se acabe el mundo"; antes de meterse a remediar una injusticia (concediendo que esto lo sea) cometida hace dos mil años, debe vd pararse a pensar que es lo que esa reparaciòn compromete ahora. Y la lengua es un asunto muy serio; todas las tiranìas comienzan por la manipulaciòn interesada del lenguaje, la intenciòn, buena o mala, con que ello se haga, no remedia eso.

Remitente: santiago fraiz.2008/03/21 13:52:12.780 GMT+1
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¡Ay, ay, ay! ¡Quién tuviera monjes y monjas de azafrán en Loyola!
¡Ay, ay, ay! ¡Quién fuera emplazamiento estratégico para USA!
¡Ay, ay, ay! ¡Quién pudiera independizarse de un enemigo de USA!
¡Ay, ay, ay! ¡Qué hacer frente a España y Francia, dos US-Aliados!

¡Ay, ay, ay! ¡Qué pena más grande!

Remitente: Nkeer.2008/03/21 17:14:30.440 GMT+1--


Hay una cosa que me mosquea mucho del Tibet. ¿Dónde están las mujeres?. ¿Y por qué nadie señala este hecho, que son invisibles?.

Remitente: albanta.2008/03/21 18:19:40.233 GMT+1
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Lo siento chicos. Me ocurre a veces. Se me fue el dedo

Remitente: albanta.2008/03/21 18:21:20.160 GMT+1
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Athini, todo lo que dices es rigurosamente cierto (también es cierto que en el propio latín muchas veces se hacían plurales colectivos incluyendo a mujeres en género masculino), pero no es falso que en latín el género neutro quedase absorbido en el masculino: digamos entonces que el género neutro que se confundía morfológicamente con el masculino por las causas que sin duda conoces (fonéticas, etc.), sí quedó absorbido en el masculino, y eso cualitativamente (y cuantitativamente) pesa más que los plurales neutros y los repartos aleatorios de géneros entre las lenguas romances (o leite / la leche).

La cosa es que es muy difícil deslindar asépticamente el género gramatical del sexo. Por ejemplo, mientras que muchas profesiones se emplean sólo en masculino (algunas aún todavía exclusivamente), sería inconcebible llamar a un varón la enfermera, sin embargo es perfectamente natural decir de una mujer que es el médico (aunque se use la médica). Por supuesto que el papel de la mujer no fue el único factor en la evolución lingüística, pero sí tuvo que ser un factor más, de peso difícil de evaluar, y ese argumento no es que suela venir mucho en los tratados al efecto. Por ejemplo, en gallego-portugués no tan arcaico, muchos adjetivos eran "neutros" (a senhor / o senhor, a português / o português), y en el transcurso de la historia se les añadió un sufijo para eliminar esa neutralidad. El mecanismo creo que debió de ser algo así como, si digo por ejemplo "cosas equis de señor" (sin artículo, en indefinido) no sé si es de un varón o una mujer, y de ahí se crea "cosas equis de señora". Por tanto, el hecho de que existe una voluntad social de diferenciación (y sumisión) de sexos vemos que es determinante sobre la lengua, y que los marcadores morfológicos de neutrales no tienen nada.

El inglés casi ha perdido el género, sólo lo conserva en pronombres y en ciertas palabras, y es fácil quitarle connotaciones sexistas (en vez de chairman o chairwoman, chairperson), pero en las lenguas romances es más complicado. Véase por ejemplo, ligando un poco con el tema de los plurales neutros feminizados, como el policía o la policía en castellano son cosas bastante distintas (en castellano y demás lenguas romances). Claro, el problema aparece cuando hay... policías mujeres (de hecho imagino que el singular se crea sobre el colectivo, por eso termina en -a, sin embargo esto no podría suceder si la profesión fuese mayoritamente femenina).

Por cierto que el latín evolucionó desde una sociedad primitiva hasta el modelo del que somos descedientes directos, y fruto de esa evolución está la morfología que tenemos ahora en las lenguas romances. No es muy científico sacar conclusiones de lo que no sabemos, pero sí de lo que conocemos.

Soy muy partidario de lo que dices, y si consiguiésemos un equilibrio en frecuencias de géneros, creo que sería probable deslindar bastante la tendencia a "sexificar" el género gramatical (que, en el fondo, es un género sexual humano). El problema es que ese equilibrio de géneros no se da, como explica Antonio Gil: el masculino funciona como término no marcado, y queramos que no, se asocia con el sexo masculino. Es cierto que mucha gente no piensa en una mujer (ni en una vaca xD) cuando dice "la lluvia" (ah, los poetas sí, ¿verdad?), pero eso sí que actúa a nivel profundo, y actúa de forma muy obvia en el mundo de las relaciones humanas. Me gustaría abusar de la página con un pequeño cuento:

»Un padre y su hijo se dirigen al fútbol en su coche, y de camino sufren un accidente. El padre fallece, el hijo en estado crítico es trasladado al hospital donde se prepara una operación urgente a vida o muerte. Llega el cirujano y al ver al paciente, consternado, dice que no es capaz de operarlo: es su hijo.

Dado el contexto en el que estamos, la mayoría de la gente lo cogerá a la primera. Pero fuera de este contexto, invito a todo el mundo a relatar el cuento en plan experimento para comprobar que muy poca gente piensa que el cirujano es (no puede ser otra cosa) una mujer. El género gramatical, sí influye. Mucho.

Digamos que es cierto que la lengua "no tiene la culpa", en cuanto a sistema formal de reglas, pero es que la lengua "no es nada" en abstracto. Lo que es una lengua son sus hablantes. Y si los hablantes son sexistas (por acción, omisión o lo que se quiera), todo lo que facilite esta situación debería ser evitado en la medida de lo posible. No veo que pueda tener de malo en un contexto formal decir "los ciudanos o las ciudanas" (o mejor: "la ciudadanía"), o los [personajes] poderosos o las [asociaciones] poderosas.

Gracias, anim :)

Remitente: Ego.2008/03/22 00:49:26.619 GMT+1
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MÁS GÉNERO

Los hechos tipológicos e históricos demuestran que no existe ninguna correlación entre sistema social y género gramatical. En el caso del latín, la extensión de la oposición "masculino / femenino" progresó en forma paralela a la cada vez mayor libertad y autonomía que la sociedad romana fue concediendo a las mujeres. El sistema gramatical de las lenguas romances, por tanto, no puede deberse a un aumento del "machismo" entre los latinos, porque lo cierto es que la evolución social fue exactamente la contraria.

Es falso, repito, que "en latín el género neutro quedase absorbido en el masculino". Esto sólo se puede decir para los singulares de la segunda declinación. En la tercera declinación las cosas no fueron así. Lo que sucedió en la segunda declinación se explica perfectamente por motivos exclusivamente formales (el acusativo masculino coincidía con el nominativo-acusativo neutro), y es totalmente gratuito recurrir a explicaciones "sociológicas", máxime cuando lo sucedido en otras declinaciones latinas demuestra que el "machismo" de los hablantes no tenía nada que ver en esta cuestión.

"Ego" insiste en identificar el "género gramatical" con el "sexo". Entre ambos fenómenos, sin embargo, sólo existe un vínculo bastante tenue en una lengua como el español. La asignación de género en español se realiza, en la gran mayoría del léxico, sobre bases formales (grosso modo, los substantivos que acaban en "-a" son femeninos, y los que acaban en "-o" son masculinos, aunque, como es obvio, el conjunto de las reglas formales de asignación es bastante más complejo); la asignación de género dependiendo del sexo sólo se realiza en aquellos substantivos para cuya definición semántica el sexo es pertinente (y la "definición semántica", por cierto, no es lo mismo que "el referente").

En inglés, por el contrario, el vínculo entre género gramatical y sexo del referente es mucho más fuerte, precisamente porque la asignación de género en esta lengua responde a criterios exclusivamente formales (con alguna mínima excepción). Por cierto, casi todas las explicaciones que para el "sexismo" del género gramatical español se repiten desde ciertas posiciones feministas no son más que meras transposiciones de las elaboradas por feministas angloparlantes, y dan siempre por descontada una conexión "sexo/género" que no se corresponden con los datos del español.

En inglés el género gramatical, circunscrito hoy ya a sólo dos pronombres, es por completo un recurso referencial: especifica el sexo del referente de "she/he" o de "her/his", o el carácter no humano de "it" y de "its". En español, sin embargo, el género gramatical cumple dos funciones diferentes:

· En la mayor parte de los casos, el género gramatical es eminentemente un recurso morfosintáctico, una variante del fenómeno de la concordancia, cuya función consiste en facilitar lo que se llama "focalización". Debido al hecho de que en español existe un fuerte sistema de concordancias, tenemos una relativamente grande libertad de colocación de los elementos de la frase y ello nos permite resaltar determinados elementos (en tanto que en inglés el orden de palabras es rígido, y para focalizar deben recurrir a duplicaciones).

· Es cierto también que en español el género gramatical sirve en algunas circunstancias muy concretas para especificar el sexo del referente, pero, salvo en rebuscados juegos de palabras, el contexto siempre se encarga de especificar cuándo el género significa "sexo" (el ejemplo de la palabra "padre" con el valor de "madre" es, por cierto, una prueba de todo lo contrario a lo que "ego" pretende: un españolhablante jamás usaría en dicho contexto la palabra "padre" con el valor de "madre" en semejante contexto).

Esta doble función del género español, como digo, no supone en la práctica ningún problema, porque el contexto lo evita, del mismo modo que todos sabemos muy bien cuándo la palabra "día" hace referencia a las horas en que brilla el sol y cuándo esta palabra se refiere a un período de 24 horas.

Extrapolar la situación del género gramatical a la situación social de los sexos lleva a conclusiones disparatadas. En alemán la declinación plural para los tres géneros coincide, en casi todos sus casos, con la utilizada para el femenino singular, habría que concluir entonces que en Alemania hay o hubo recientemente un matriarcado. En italiano el tratamiento de cortesía exige que el oyente sea descrito mediante concordancias en femenino aunque sea un varón; también en Italia, por tanto, estaríamos ante una sociedad matriarcal. Todas las lenguas indoeuropeas antiguas, como ya he recordado, utilizaban el género neutro como "predominante", tendríamos que aceptar, entonces, que los indoeropeos valoraban a los objetos inanimados más que a sí mismos.

El género gramatical español, repitamos, es un recurso morfosintáctico, con mínimas implicaciones semánticas.

Remitente: Athini.2008/03/23 00:16:06.388 GMT+1
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Athini, primero de todo: gracias por expresar tan prolijamente tus puntos de vista.

Sin embargo, debo decirte que, por muy mal que yo me explique, lo cierto es que tú me atribuyes cosas que no he escrito (repasa lo que he puesto), y de ahí haces construcciones que se alejan muchísimo de lo que intento decir. Obviamente, como yo, intentas llevar el agua a tu molino, pero lo que yo no creo que haga es tergiversar las opiniones ajenas. Con todo respeto.

Te ruego que vuelvas a leer lo que he escrito. Me reafirmo en todo lo que he escrito y es que además, no veo que me aportes ninguna razón empírica que me haga dudar de mis posiciones. Es más, te limitas a interpretar hechos que yo (y otros autores) interpretamos de forma distinta. Y no, no son juegos de palabras rebuscados. No creo que tengamos cerebros tan diferentes para apreciar fenómenos sociales tan omnipresentes de forma tan diferente, claro que si algo no se quiere ver, no se ve. No sé exactamente cuáles son los "argumentos de las feministas" que citas, porque además echarlos así todos al mismo saco no deja de (auto-)desprestigiar tu propio discurso.

Lo siento, pero tiene mucho más peso el hecho que la destrucción morfológica del neutro latino (lo que no estamos discutiendo ni tú ni yo es que el género neutro ha desaparecido, y eso por sí mismo es significativo) ha colaborado en que (cosa que tampoco has negado en ningún momento) el masculino venga a ser el "género base", tal y como ha explicado Antonio Gil. Los casos que tú citas son anecdóticos desde un punto de vista sociolingüísitico, porque el sexo de la leche o la lluvia no presentan el mismo peso.

En cuanto a que la mujer romana ganó peso social, sí, claro, es evidente. Y en el mejor de los casos estaba peor que cualquier sociedad occidental del siglo XIX. Si eso no es una boutade, no sé lo que es. Y si tú mismo dices que la situación se degrada justo en el proceso de nacimiento de las lenguas romances, ¿eso no es un poquito de falta de coherencia en el discurso?

Yo nunca he dicho que ese factor sea siquiera determinante, he dicho que es un factor más. Tú pareces tratar las lenguas como si fuesen artefactos ajenos al uso humano o dotadas de un especial pasotismo sobre las miserias que nos son propias, y sobre este tema particular das la impresión de tener una particular fobia. No es que realmente importe, todos tenemos las nuestras, pero sigo sin ver exactamente dónde está el problema, incluso estilístico, de decir "los vascos y las vacas" (o las "vacas", como se quiera).

Por cierto que cuando hablas del alemán (estuve a punto de poner ese ejemplo, o el del galés), hablas por supuesto del estándar. Las diferencias del estándar con los diferentes dialectos (algunos de ellos tan pujantes como el alemánico, hablado en la Confederación Helvética, Vorarlberg, Elsaß y la parte meridional de Baden-Württemberg) del continuo lo convierten lingüísiticamente hablando en un ejemplo de valor muy relativo, y para el caso que citas, no deja de ser curioso ver ciertas diferencias que, francamente, pueden ser atribuídas a presiones sociolingüísticas puras (como la tendencia a usar el diminutivo en el dialecto citado, o ya por ejemplo entrando a saco en cuestiones lexicales). En cualquier caso, el predominio de un género morfológicamente hablando, es una situación potencialmente arriesgada, desde el punto de vista que intento transmitir, y como ves, se lo puede paliar de forma bastante efectiva sin violentar para nada el idioma.

Remitente: Ego.2008/03/23 11:38:37.931 GMT+1--
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Sobre género

Muy interesantes las explicaciones de Ego y Athini, en serio.

De todas formas, no creo que el problema principal tenga que ver con el latín y su evolución. Si, por ejemplo, la constitución española utiliza la palabra "ciudadanos" con genero gramatical masculino en sentido general, no es porque la lengua castellana "espontáneamente" haya evolucionado así del latín y señale esta forma como la más adecuada y no marcada para incluir ambos sexos. La palabra "ciudadanos", como otras muchas, tienen su historia social, muy relacionada con el sexismo.

Así al poco de empezar la revolución francesa la nueva asamblea nacional decidió promulgar una "Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano" (Déclaration des droits de l'homme et du citoyen, 1789). Esta declaración no hablaba de "hombre" y "ciudadano" por casualidad, sino bien a sabiendas, ya que los tales derechos sólo correspondían a los varones. Es por ello que la feminista Olympe de Gouges respondió con una "Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana" (Déclaration des droits de la femme et de la citoyenne", 1791), con la intención de que ambas textos fuesen incluidos en la nueva constitución. Desafortunadamente su propuesta no tuvo éxito y desde entonces durante más de un siglo las constituciones europeas limitaron el derecho de ciudadanía sólo a los hombres, con lo que la palabra "ciudadanos", con género gramatical masculino, fue utilizada de manera "consecuente".

Ocurrió que con el tiempo, se decidió ampliar este derecho de ciudadanía para incluir a las mujeres. Pero para entonces había una tradición jurídica de más de un siglo (no milenaria ni "natural", sino histórica, social, creado por hombres y para hombres) y los encargados de redactar la constitución (¿cuántas mujeres había entre ellos?) no se molestarón en cambiar la palabra "ciudadanos". La injusticia, sin embargo, es evidente. Y desde luego poco tiene que ver con las características "intrínsecas" de la lengua en sí.

Remitente: Eri.2008/03/24 06:34:15.636 GMT+1
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Algo sí tiene que ver: si la lengua francesa no tuviese género (de hecho, fonéticamente lo está perdiendo), esa discriminación hubiera tenido que ser hecha por activa, y no por pasiva como al final se hizo, y eso es algo que siempre facilita muchísimo las cosas. De hecho yo sí sigo pensando que los usos lingüísticos tuvieron su granito de arena (tanto los morfológicos como los sociolingüísticos). Todo está relacionado. Si en inglés la palabra "man" designase a todas las personas (que no existiese "woman", curioso prefijo lleva además), esa pirueta por ejemplo no podría hacerse, y habría que decir claramente "masculine men", y la cosa, que no logro explicar, cambia pero mucho mucho. Se puede no haber sido educado nunca en un registro formal del idioma, pero una vez comprendido cómo funciona, todo el mundo capta inmediata sus "sutilezas". Es curioso también, por citarlo, cómo la palabra "derecho" tiene otro claro origen sociolingüístico relacionado con la mano derecha, en casi todas las lenguas occidentales (de hecho la palabra zurdo se dice prácticamente de una forma totalmente distinta en cada lengua, romances incluidas).

Remitente: Ego.2008/03/24 10:42:12.501 GMT+1


http://www.javierortiz.net/jor/dedo/las-cimas-de-china

http://www.flickr.com/photos/masquelululoca/favorites/page9/?view=lg
- Fotos: Queralt Vinyoli, James Watkins, Tripowski, Ramseh_Lalwani, Tony Reunes, Waterholes Canyon.



E ti, EGO, por ondes andas? era um prazer ler-te.

Por enquanto, eu continúo a procura do meu EGO perdido.

que onde?

por aquí

Fotos Zhangjiajie: http://www.blogodisea.com/2011/las-montanas-reales-de-la-pelicula-avatar/imagenes-fotos/

.
em memoria de Javier Ortiz

um serio periodista de opinión, con opinión propia

e por quen, cada mañá, comezaba a minha leitura de xornais.


O seu testimonio segue vivo e vixente:


http://www.javierortiz.net/

.....o.....


Nota biográfica de J. Ortiz (1948-2009)

La carrera periodística de Javier Ortiz se inició en su ciudad natal, San Sebastián, cuando tenía 18 años. Asumió entonces la responsabilidad de diversas publicaciones clandestinas antifranquistas, lo que le dio experiencia, sobre todo, en detenciones y en cárceles.

Exiliado en Francia, regresó a España –descontado otro paso por la cárcel, entre 1974 y 1975– a la muerte de Franco. En 1977, fundó la revista Saida, cuyos principales méritos fueron dos: ser secuestrada varias veces por orden ministerial y ver encarcelados a cinco de sus colaboradores, que asumieron generosamente la autoría de un artículo editorial suyo titulado «¡Viva la República!».

Posteriormente se unió al grupo fundador del diario *Liberación*, en el que ejerció de redactor-jefe de la sección de Sociedad y de jefe de cierre. Aquel diario alternativo de izquierda duró muy poco.

Un tanto harto de emociones fuertes, en 1985 entró a trabajar como redactor-jefe en la revista Mar, del Instituto Social de la Marina. En 1986 recibió el Premio Internacional de la FAO al mejor trabajo periodístico sobre comunidades marítimo-pesqueras por una serie de artículos sobre la comunidad de pescadores de El Palmar, en la Albufera de Valencia. En 1987 dimitió de su puesto en Mar para desarrollar el proyecto de una publicación turística crítica bilingüe (sic), llamada Mediterranean Magazine.

En ésas y en colaboraciones diversas con varias revistas estaba cuando Pedro J. Ramírez le invitó a sumarse al proyecto del diario El Mundo. Animado por el trabajo de denuncia de los GAL que Ramírez había hecho desde Diario16, se sumó gustosamente a la idea. Fue nombrado redactor-jefe. Al poco, empezó a publicar un billete diario, que firmaba con el seudónimo de *Landrú*.

Un año después fue enviado a Bilbao para poner en marcha el primer proyecto de expansión de El Mundo (*El Mundo del País Vasco*). Allí estuvo hasta 1992, en que regresó a Madrid como subdirector y jefe de la Sección de Opinión. A partir de entonces, simultaneó el desempeño de ese cargo con su labor como columnista, articulista, crítico y reportero ocasional, hasta el 1 de septiembre de 2000, fecha en que pidió y obtuvo una excedencia, por razones de incompatibilidad ideológica.

En junio de 2004 alcanzó un acuerdo con El Mundo para rescindir definitivamente su relación laboral con ese periódico, en el que se mantuvo como columnista hasta el 17 de septiembre de 2007, que firmó contrato con el diario *Público*, donde escribe actualmente una columna diaria, de lunes a domingo, ambos inclusives.

Desde marzo de 2002 es director de la colección Foca, dentro del grupo editorial Akal. Colabora asimismo en Ràdio Quatre (RNE en Catalunya) y en los periódicos del grupo Diario de Noticias (que tiene ediciones en Gipuzkoa, Álava y Navarra y ahora es propietario también de Deia).

Ha publicado diez libros: "Matrimonio, maldito matrimonio" (Ediciones B, 1991), corregido y reeditado en 2006 bajo el título *"De cómo superar el matrimonio en 15 días y vivir con la obsesión eternamente", "Jamaica o muerte" (Akal, 1994), "El felipismo, de la A a la Z" (Espasa, 1996), "Diario de un resentido social" (Talasa, 2001), "Ibarretxe" (La Esfera de los Libros, 2002), "Repensar la Prensa"* (Editorial Debate, 2002, en colaboración con Enrique Gil Calvo y Manuel Revuelta), "Miradas sobre Euskadi" (Alga, 2004, en colaboración con otros nueve ensayistas), *"Xabier Arzalluz. Así fue"* (Foca, 2005), obra en la que hizo de transcriptor y editor de las memorias políticas del ex presidente del PNV, y "Proceso de paz en Euskadi", obra colectiva de los contertulios habituales de Radio Euskadi.

Javier Ortiz murió en Madrid el 28 de abril de 2009. Como mandó escribir a la muerte de su hermano Josemari, lo hizo "sin haber solicitado ni sacramentos ni bendiciones apostólicas". Ni falta que hacía.

http://www.javierortiz.net/

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